LA LEY Y EL DESORDEN- unidad de víctimas peninsulares.

En anteriores semanas leí esta nota en el diario Milenio:
“Los gobernadores de Campeche, Jorge Carlos Hurtado; Quintana Roo, Félix González y Yucatán, Ivonne Ortega, se reunirán para formalizar la creación de una Policía Peninsular Interestatal, que reforzará la vigilancia y seguridad en la región, considerada punto de sensibilidad estratégica, debido a la presencia del crimen organizado en la frontera con Belice y Guatemala y el tráfico de ilegales cubanos en litorales del Caribe Mexicano (…)”
¡Guau! Una Policía Peninsular Interestatal… Una propuesta interesante que varía su génesis según el periódico que se lea: Ejemplo en algunos diarios quintanarroenses se adjudica la idea al gobernador de Q. Roo y en los diarios yucatecos a la “gober” preciosa de Yucatán. Lo mas inteligente es lo que ha sucedido en Campeche donde nadie ha dicho (o al menos no he leído eso) que la idea sea campechana… Que ¿por qué es inteligente? ¡Fácil! Si la cosa falla y la dichosa PPI resulta un fiasco (esperemos que no) los campechanos diremos: No fue nuestra idea.

En 1996 estaba en la secundaria… había un chamaco que le decían el “negro”, era uno de esos chicos problemas (pobrecito seguro le faltó una imagen paterna y materna, sin duda), tenia como 17 años porque había repetido el segundo año como tres veces… Líder nato teníamos que pagarle tributo para poder pasar a las zonas del baño y si se le antojaba nuestro desayuno debíamos de dárselo o tendríamos problemas. Un día salió el rumor de que “mayateaba” (Daba placer sexual a los homosexuales a cambio de favores económicos) extrañamente comenzó a vestir mejor y hasta comenzó a llevar una motoneta a la escuela. En el tercero de secundaria fue expulsado al romperle la nariz y partirle el labio a un compañero, con una hebilla de cinturón, porque no quiso darle sus tenis Nike Air nuevos. En el año 2003 lo volví a encontrar, nunca había vuelto a pensar en él hasta aquella noche de diciembre del año 2003… Iba manejando una camioneta blanca, con torreta de colores rojo y azul, tenía una placa en el pecho y vestía de azul. Nunca tuve tanto miedo en mi vida. Por suerte no me reconoció.